LA PRIMERA VEZ QUE DIJE ME GUSTAS

Nervioso a mil, pero esta vez decidido y osado. Estabas a mi lado más tiempo de lo normal. Ahí estaba pasando algo nuevo para mi. Mil dudas. Yo tenía todas las dudas y mucho rubor. Lo que pasa es que ahí contigo se estaba muy bien. Demasiado bien de bien.

Supongo que a ti te pasaba lo mismo o parecido por adentro, pero las chicas en aquel tiempo no daban los primeros pasos porque estaba mal visto, y porque era el tiempo que era. Lo único que sé es que eras muy natural, y me sonreías, y éramos los dos tremendamente jóvenes, y además decir me gustas tampoco llevaba demasiada carga de novedad o de compromiso.

Pero como nunca te lo había dicho porque nunca se lo había dicho a ninguna chica, coñe, era peligroso, selvático, arriesgado, temerario, y además tremendamente deseado de decírtelo. Y como tú no parabas de agradarme y de sentirte a gusto a mi lado, te dije que me gustabas.

Me la jugué, me expuse a que me mirases a partir de ese momento recelosamente y cual objeto de pecado, y que toda la magia se volviera demasiado negativa y desagradablemente hiriente. Pero,no. Yo también te gustaba. Tuve suerte. Nunca me lo dijiste pero aceptaste mi verdad.

Me gustas, te dije. Claro. Eras bonita, dulce, inteligente, atenta, risueña, dinámica, y especial conmigo. Esotérica como todas las mujeres, adolescente más que joven como yo, y todo lo que me pasó al decirte me gustas fue que crecí como hombre para dar pasos que se acercaban al deseo y a mi varonilidad.

Han pasado mil años de aquel me gustas, pero no te he olvidado porque no se puede cuando es la primera vez, y va y resulta que es imposible que se borre todo ese recuerdo mágico aunque ya no recuerde ni tu nombre. Me gustas, ¿sabes? No es que ya no me gustes ahora, no. Me gustas y me gustarás siempre, y me sigues gustando, y me sigue gustando recordar que te dije me gustas. Siempre me gustarás.

-POR SUPUESTO-