Lamentarse es una oración
llena de reclamos,
conjuga el pensamiento sus dolores
y los hace lamento
ese verbo siniestro de gritos silenciados.
Luego,
callas tu alma ansiosa de milagros
y das paso a tu cabeza
que busca y encuentra
salidas razonables a diario
siempre las hay, lo sabes,
están por ejemplo
en mudar la piel a otras caricias
o en dejarse la piel en otras manos.
No es como esa luz al final del túnel
que hacemos soñar a los muertos,
se parece más
al regreso del muerto en la mesa de operaciones.
A.M.G (2017)