¿A qué realmente le tememos? ¿y cómo lo gestionamos?

Este suceso está suponiendo conflictos diferentes para cada persona, descubrimientos personales de temores o emociones dormidas, escondidas tras el ajetreo cotidiano. Que ahora emergen en total libertad suponiendo una sensación de caos y descontrol necesaria.

Revivimos cada uno temores distintos, que no son nuevos, simplemente quedaron enterrados entre nuestros quehaceres creando una cómoda realidad que nos estaba apartando del sentido de unidad con el planeta al que hiperexplotamos.sin piedad.

En verdad, por un lado, esto hace emerger en mi ciertos temores aún no resueltos a los que intento dar calma, porque despiertan un estado de estrés ante un peligro que no es real.Y no me refiero al virus, que es lo que menos me preocupa y lo más fácil de resolver, tomando las medidas adecuadas.Tampoco creo en una crisis tras pasar la que ya se produjo cuando se abrió el acceso libre del mercado chino y muchas fábricas nacionales quebraron o tuvieron que reinventarse. [Por cierto, me pregunto si es casual que se iniciara el virus en China, si hay detrás una intención de sabotear y bloquear ahora la importación directa de productos chinos, ante los que es dificil competir, a otros países.... ]

Hablaba del miedo, en mi se genera al salir a la calle pues me siento como si fuese una delincuente que teme ser pillada y amonestada, por salir a respirar mi libertad que no daña a nadie, impotente por unas medidas extremas. Me pregunto si es así como lo vivieron mis abuelos en la epoca de la postguerra. Es curioso, porque últimamente veo películas de esa época y siento que revivo memorias ancestrales que están en cada célula de mi cuerpo y emergen sin más ante esta situación que limita mi libertad, con la amenaza de multa o amonestación por salir a la calle. Es cierto, aquí no disparan a matar, pero eso, el subconsciente no lo sabe. Simplemente reacciona con estrés y ansiedad ante un inminente peligro. Solo mi voz calmada ofrece coherencia a esos miedos irreales para, de ese modo, cambiar esa vibración negativa que los acompaña por una de tranquilidad, confianza, paciencia y aceptación....eligiendo maneras de hacer este tránsito placentero.

Y, por otro lado, siento la paz de mi hogar como un regalo, ahora es como mi refugio. Me siento agradecida por esos paseos diarios y también siento que este parón hace que la tierra, los océanos, el aire, la naturaleza, nuestro planeta... respire.

Sí, esa es la solución a cada miedo que cada cual sienta, sea el que sea, respirar la vida que sucede sin más en cada uno de nosotros, mientras nos susurramos sumidos en un autoabrazo "no hay peligro, todo está bien, soy capaz de sobrellevar esta situación"

Es momento, de reconocer nuestros miedos, y darles paz. Estamos capacitados para responsabilizarnos de nuestra salud así como de nuestra libertad, desde el respeto al otro, tal como hacemos ahora al cruzarnos por la calle, o al entrar en las tiendas siguiendo un orden y manteniendo una distancia,.., pero, también a través del respeto al planeta acabando con ese ansia de tener y consumir más y más. ¿Verdad que estamos descubriendo que no nos hace falta tanto? ya lo tenemos todo, solo necesitamos mirar a nuestro alrededor lo que estamos disfrutando ahora que tenemos tiempo para hacerlo.