Me gustó siempre escribir. Desde niño. Hay una magia de comunicación y de expresión a través de las palabras. Una magia.
Y de adulto sigo practicando este juego de las letras mías y amigas. Y lo hago siempre con un boli y a papel. No soy de la generación del teclado y estas cosas. Y también tiene su sello. Porque además del texto, la forma de escribir no te puede etiquetar y te concede una forma y un universo diferenciado.
Solo animo a seguir escribiendo a aquellos que les gusta ya hacerlo como es mi caso. Y seduzco a los no aficionados para que lo intenten a su medida y modo, a su libertad y hasta a su sonrisa.
Abrazos