- ENCIERRO -

Reses en manada sobre la fresca mañana de Pamplona. ¡Fi-es-ta Sin deshacer diptongos y con todo el libertinaje juliano. Todo vale dentro de la melée del exceso y de la tradición.

Uñas y pezuñas, toros mansos y bravos, cuernos como latigazos de punta y de peligro, mozos casi suicidas dispuestos a hacer de lo racial una forma internacionalizada de cultura tradicional.

Mucha tensión, mucho peligro, muy pocos centímetros de distancia entre reses y sapiens, capotazos in extremis salvando el gol de la atención ambulatoria, y toda la mediática selva que convierte el show en algo actual y potente.

Esguinces, sudores, contusiones, retos, promesas, juventud, atletas del riesgo, resbalones, encerronas, irresponsables novatos y periódicos salvadores de líos que portan los mozos más avezados.

Gora, Viva, San Fermín, riau riau, chicas que se destetan en medio de la masa enfervorecida, alguien que escupe cerveza, australianos, japoneses, y nuevas internacionalidades que se incorporan a la estampida juliana.

Quien sea joven y quiera ver mundo, y contarles a sus amigos y amigotes cosas de libros y de aventuras y de haber olido las cosas de Hemingway, desde Pamplona hará una escala camino de su fantasía efectiva vital, y podrá decirles a los cuatro vientos que ha tenido la suerte de poder contar que anduvo entre toros y masas, y que se lo pasó más que inesperado. Que es de lo que se pretende.

-RIAU,RIAU-